Este es un blog que se nutre de metaideas surgidas de todo espontil venidero en periodos digestivos, salvo, y claro está, improperios improcedentes que impresionen improbas improntas. (lo que esto significa, de mucho importa)

 

22 julio 2005

Real Paradoja de la Lengua Española

Yo suelo tomarme las cosas con calma, e intento no precipitarme en mis decisiones. Tardo en decidirme.
Y eso no es por poca capacidad de decisión, sino tal vez por exceso de valoración de las posibilidades. Intento estudiar todas las vertientes de los caminos por los que discurro.

Tal vez el transcurso de tiempo en mi toma de decisiones se pueda considerar como un tiempo nimio. Aunque no estoy muy seguro. ¿Será, no lo será?

Lo que voy a hacer es dedicar unos días a la reflexión y saber si mi tardanza en la toma de decisiones es nimia o no. Así podré saber si soy un indeciso. ¿O no lo sabré? ¿Lo sabré, o no lo sabré?

Por lo pronto, para averiguarlo con exactitud, me remitiré al diccionario para saber si el tiempo de reacción entre un estímulo y mi respuesta es nimio o no.

Transcribo aquí lo que dice el Diccionario de la Real Academia Española al respecto:

nimio, mia.
 (Del lat. nimius, excesivo, abundante, sentido que se mantiene en español; pero fue también mal interpretada la palabra, y recibió acepciones de significado contrario).  
 1. adj. Dicho generalmente de algo no material: Insignificante, sin importancia. 
 2. adj. Dicho generalmente de algo no material: Excesivo, exagerado. 
 3. adj. Prolijo, minucioso, escrupuloso.

En fin, amigos. Os dejo con este nimio poste para que decidáis si cada cosa que os rodea es nimia o no lo es.
Yo todavía no lo tengo claro.

¡Agur!



19 julio 2005

Del baile y otros actos sociales.


Que levante la mano quien no haya estado nunca en una boda.
Ya se sabe que la mayoría de las bodas terminan en baile, y que en las bodas el baile es siempre pachanguero: Los bailongos se adaptan a la circunstancia social apretando sus labios y esgrimiendo una sonrisa, guardando sus ojos normales y sacando los de asombro, y alterando sus cejas para ponerlas curvadas y elevadas.
Al mismo tiempo, sus cuerpos se mueven en vaivén, los brazos se flexionan en ángulo recto para alternar balanceos, y los pies tienden a juntarse y separarse repetidamente. Todo esto al mismo " ritmo universal" (el ritmo que vale para bailar todas los tipos de música menos las sevillanas)

Esta caracterización verbenera se da en todas las edades y sexos, aunque si una mujer baila con muchachos considerablemente más jóvenes que ella, ésta puede hacer un movimiento pendular horizontal de pechos a alta velocidad.

Por otro lado, si existe un cruce de miradas entre sea quien sea, la expresividad se exagera, y las cejas se sobrearquean. Cuando pasa medio segundo, la cabeza se inclina rápidamente y sudently se da uno media vuelta, y listos.

Se cree que la primera persona que tiene los síndromes descritos es un primo prejubilado del padrino, que mediante cruce de miradas consigue contagiar su forma de baile a modo de epidemia sobre todos los invitados a la ceremonia, uno a uno.
La única salvación a esta marabunta es que el cabecilla de la orquesta diga de repente:

-¡ Paquitooooo Cho-co-la-te-rooo!-

Esta expresión es como una cabeza de ajo para un vampiro (o vampiresada). La mitad de los danzarines acudirá corriendo al centro de la pista, y mirándose unos a otros dirán - ¡Qué calor, chiquillo! - mientras mueven sus manos a modo de abanico.
La otra mitad ya está sentada.

Es momento de que la orquesta canse al personal que no se ha sentado, porque de lo contrario existe un alto riesgo de que sin aviso se improvise una conga y se vuelvan a levantar los que se habían sentado.
¡No, no! Más vale que la orquesta canse al personal con paquito chocolatero y pida un descansito.

Por favor, que alguien se encargue de que no sirvan más cubalibres al primo prejubilado del padrino, no vaya a ser que vuelva a entrar en acción.
Y bueno, quien no haya ido nunca a una boda puede bajar ya la mano.


15 julio 2005

Ni hablar del peluquín

Al margen de la larguísima vigencia de la que gozan ciertas frases del viejo refranero, hoy en fernanblog se comenta un dicho, o más bien coletilla, que a mí en particular me hace mucha gracia: "Ni hablar del peluquín".

Probablemente esta singular frase tuviera su origen en el pudor humano o en ciertos complejos asociados a esa época en que los hombres se despiden de la madurez.
Se piensa que el bajón moral que en algunas personas suponía el desprendimiento cabellil sólo podía ser superpuesto u ocultado por un postizo bisoñé, del cual nadie quería oír nada, pues un calvete con peluca llegaba al convencimiento de que no era tanto ni tan calvo, por lo que no debían recordársele tales asuntos.
Se creó con esto un pacto de silencio por el cual nadie podía señalar a un calvo. Nadie podía sospechar en voz alta si una cabellera era real o postiza, o si la melenera era o no era. El santo y seña fue "Ni hablar del peluquín".

Hoy día, esta consigna ha quedado desfasada, y en ciertos ambientes enturbiados por la pérdida de naturalidad surgen otras claves que tal vez en un futuro sean dichos, como "La lipossucción ni mencionarla ¿sabesss?", "Osssea, que ni esto es rinoplastia, ni esto siliconia, ¿vale?", o "Te juro que sson miss pómuloss, en sserio".

Los avances de la ciencia están haciendo estragos en el viejo refranero. Por ello, este post-e pide tu apoyo y solidaridad para que la próxima vez que tengas que pedir chitón digas "ni hablar del peluquín". ¿Qué te parece?

¡Adios!



12 julio 2005

Hablando en lengua de perros

Antiguamente a los perros se les daba pan duro y agua, y si había que decirles algo, con "¡fuera!", "¡toma!", "¡schhh!" y un chiflío era más que suficiente. Hoy por hoy, y con las vueltas que da el mundo (sobre su propio eje), las cosas están cambiando. Resulta que hay homínidos erguidos que se suelen comunicar con los perros en unos diálogos (mono-logos más bien) algo extensos. Por ejemplo mi vecino manolo y su perro Rocky, para comer:
-"Toooma Rocky, cómete el pan con fográs"
- ¡guau!

Para que acudan a ti:
- ¡Ven Rocky, bonito, mira lo que tengo aquí, corre!
- ¡guau!

Para que te traigan alguna cosa que le acabas de lanzar.
- ¡Toma Rocky, toma! trae acá este plástico viejo. ¡corre corre!
- ¡guau!

O para mantenerles la boca cerrada:
- ¡Ay! ¡ay! ¡ay! ¡ay! Deja el palo Rocky, que eso no es un hueso. ¿No ves que es de madera?
- ¡guau!

Además, en estas situaciones a los perros no se les habla. Se les grita. Creo que eso es porque aunque los perros tienen el sentido del oído más agudo que las personas, es decir, que nos oirían incluso susurrando, más vale asegurarse, no sea que el perro no entienda que el palo no es un hueso sino una madera y se lo coma.

Yo me he dado cuenta de esto en el parque, que es donde muchos amos se reúnen y ven, cruzados de brazos y con pantalón corto y chanclas, cómo sus cánidos molestan a otros homínidos que pasean a sus vástagos.

Hay otros amos de perros, algo más discretos, que también deambulan por el parque. Son unas personas más solitarias. En vez de chanclas calzan náuticos, y bajo el brazo llevan un periódico doblado a modo de canuto. En el bolsillo trasero de sus "chinos" es frecuente que asome una pequeña bolsita de plástico.
Estas personas son más solitarias, aunque cuando se ven entre ellos, rápidamente se acercan y mencionan la fabulosa ascendencia pedigriil de sus cachorros. Por eso mismo sus perros tienen nombres extraños. Son el resultado de combinar los de sus padres.
Pues bien. Estos fabulosos amos, aunque a ellos les gusta que se les llame líder o miembro alfa de la manada, saben perfectamente que a los perros no se les puede decir unas frases tan largas. Saben que a los perros hay que hablarles en alemán. (Todos saben la famosa historia de criadores de perros de la segunda guerra mundial). Sus diálogos son bastante más cortos:

Para sentarse:
- Lukja, ¡Sit! (yo no sé alemán, pero parece ser que en alemán sentarse es como en inglés)
- ¡guau!

Para que acudan:
- Lukja, ¡Ven! (no es alemán, pero es un monosílabo, que es lo que importa. Es la moraleja de la historia los adiestradores alemanes)
- ¡guau!

O para que no hagan lo que sea:
- Lukja, ¡no!
- ¡guau!

Otro tipo de amo de perro es aquel que lo lleva en brazos, le da besitos, y en invierno le pone un chubasquero. (Yo quiero ser un perro de esos) Las conversaciones de estos amos con sus perros, que se llaman como lo primero que comieron, son mucho más extensas:
Para decirles que hace frío:
- Mira que rebeca te he hecho. He comprado la lana en la tienda de la esquina, pero esta vez es más suave. ¿Te gusta, Phosquitos?
- ¡guau!

Para que coman:
- Mira que gambita se va a comer mi Phosquitos. Te voy a quitar la cabeza y las patas para que no te pinches.
- ¡guau!

Para que se despierten:
- Venga Phosquitos, que te voy a llevar a la peluquería. He cogido número para las doce. Es buena hora, ¿no, Phosquitos? ¡Ay que bonito te van a poner!
-¡guau!

En definitiva, cada uno habla con su perro como quiere, y los perros, que son más listos que nosotros, encantados.

Sin embargo, en todo esto hay una cuestión trascendental: Resulta que desde hace muchísimo tiempo, las personas han intentado que los perros entiendan nuestras palabras, las palabras que los humanos hemos inventado. Sin embargo nadie se ha preocupado de lo contrario. Nadie se ha dedicado a descifrar sus expresiones.
Amigos, hoy en fernanblog se desvela el significado de "guau", que viene a decir lo siguiente:
- "Pejiguera, recoge lo que te he dejado en lo alto de la acera no vaya a venir alguien y lo pise".

¿Qué iba a significar si no?

Pues eso, a ver si los amos hacen caso de lo que dicen los perros, que tenemos las calles hechas un asquito.

Hasta la próxima.



08 julio 2005

Hablando en Chill Out

Yo de música estoy frito. Como me decían mis amigos Wolfrang y Chiquetete, tengo un oído enfrente del otro.
De solfeo la mitad nada más. Nada de sol. De instrumentos musicales menos todavía. No soy capaz de coordinar movimiento alguno cuando pienso en melodía.
Mira tú que soy del sur y por estas tierras se escucha alegría por todos los lados del tópico. Pues tampoco he salido con compás.
Además, si escuchases mi voz te darías cuenta de que canto menos que un grillo mojado.

Pero una cosa si que tengo, y es que he aprendido a hablar en Chill Out.

Con esta virtud, y dado el éxito del "flamenquito", creo que yo podría llegar a ser un lerelerele muy exitoso. No alcanzando el triunfo musical en los escenarios, sino en las entrevistas, llevando a cabo las siguientes normas:
(Prueba a pensarlas mientras las lees. ¡Piensa en Chill Out!)

- Hablaría en tonos nasales.
- Complementaría mis frases, siempre cortas, con un pequeño deje en las sílabas finales.
- Cada cuatro palabras introduciría un "¿nooo?" o un "¿einn? ". Es como hablando en fútbol, pero diciendo "noo" en vez de "puees", y cada dos o tres frases diría "¿verdadd?"
- Fundamental intercalar las siguientes expresiones:
- "Oolee" (en nasal y casi susurrando, nunca como en los toros)
- "Que arte más güeno"
- "A nda que no, [sonrisa espirada], ohú"
- "Verdaaa"
- No sería protagonista único del éxito conseguido. Siempre diría:
-"mi amigo [nombre del guitarrista] que es un peazo artista, ¡de lo que no hay!"-
y después lo miraría, asintiendo con la cabeza. Dos frases después, en referencia a él, remarcaría
-"anda que no, que arte tiene, ¿eh?"-
- Todas mis respuestas empezarían por "yo creo que... " o "pues...". (También como hablando en fútbol)
- Hablaría con muchas pausas. Que pase el tiempo. No hay prisas para los artistas.
- Como quien no quiere la cosa diría palabras sueltas y descontextuadas pero de un significado amplio y poderoso: " Sabiduría", "Maestría", "Poderío", "Amor", "Corazón", "Cielo"... frecuentemente adjetivadas de manera soberana: " Grande", "Maravilloso", "Emocionante", "Especial"...
- Por último, me encargaría de transmitir sólo un mensaje:
-"Ole ahí que arte más güeno hay, ¡ay!"- (regla de los tres ais).
El resto no tiene importancia. Y el entrevistador lo sabe, por eso casi siempre me responde "anda que no".
- Por último, daría las gracias por todo, haría memorables a los demás y aplaudiría a mi entrevistador para denotar que es un gran entendido de lo que me pregunta.

Sin embargo, con esta carrera ya enfocada, he decidido encaminar mi vida por otros senderos. Nada más y nada menos que porque mis mayores corajes musicales son "el flamenquito" o flamenco en minúsculas, y el "Chill Out" o "cantando por lo bajini".
Qué le voy a hacer, no puedo con esa música. La odio.

Post-Data: Este post-e ha sido escrito durante la emisión de un programa de "Los ratones coloraos".



06 julio 2005

Profesiones de profesional. Entrega I.


Una de las profesiones que más me llaman la atención es la de "controlador actualizante de información teletextil". A mí me gustaría ser controlador actualizante de información teletextil .

No tiene nada que ver con el gremio de la moda o los tejidos. Un controlador actualizante de información teletextil es una persona encargada de llenar el teletexto de números parpadeantes, asignando sabiamente cada color de texto según el significado del mensaje.

En concreto, me gustaría ser controlador actualizante de información teletextil en turno de domingo por la tarde, sección deportes. Imagínense el percal:

17:00. Entrada al trabajo. Página 201. Todos los partidos de fútbol de primera división en amarillo, y con resultado 0-0, parpadeante, salvo lo que se jugó el sábado, que ya tiene su resultado en color violeta.
De 17:00 - 17:45 aprox. 45 minutos de consultas intensivas a tiempo real sobre el banco de información. (Escuchar Carrusel Deportivo). Cuando haya gol, poner todos los resultados sin intermitencia salvo el del partido en el que se golea. Poner el nuevo resultado en amarillo y con intermitencia.
17:45. Descanso estipulado según convenio colectivo de controladores actualizantes de información teletextil, en prevención del síndrome "Laboris Fatigandum".
18:00. Segundo tiempo. Todos los resultados de los partidos en juego tienen que ser de color rojo. No hay intermitencia.
de 18:00 a 18:50 aprox. Nueva consulta intensiva sobre las fuentes de información. Intermitencia para los partidos con goleada.
18:50. Fin de los partidos. Todos los resultados pasan a color verde. En la página no parpadea nada.
18:51: CTRL + S y CTRL + Q. Hasta el domingo que viene.

Desconozco las condiciones de trabajo, salario, vacaciones, pluses de contrato, o si es necesario estar inscrito en el Real Colegio de Controladores Actualizantes de Información Teletextil.
Se ruega a los lectores ilustrados que apostillen con más información sobre este trabajo.
Gracias.

Post-data: También estoy interesado en el turno de jueves por la noche, página de Lotería Primitiva.


01 julio 2005

Hablando en números

- ¡¿Camarero, cuánto es?!
- treintaisieteeurosconcincuentaidoscéntimos.
- Ostias, Manolito, y somos nueve... Divide tú que eres de ciencias.

Pues sí. Esto pasa en todas las pandillas y es inevitable. ¿Qué le vamos a hacer?

En "La virtud del Euro" ya se comentó algo sobre los euros y las cuentas. Sobre los cuentos y las euras, hablándose de una cosa buena. Hoy hablaremos de una cosa tan mala que también pasa con los euros. Y da igual que seas "de letras" o "de ciencias", porque hablaremos precisamente de la desletrización de los números.

De toda la vida del Sistema Numérico Universal (entidad tan inexistente como latente), los números se han escrito para saberlos leer. Sin embargo, desde un tiempo a esta parte se escriben para no saberlos leer y se leen para no poderlos escribir. Veamos algunos ejemplos:

Caso número huno: Dame tu móvil.
- Apunta: "seiscientos, quince, cero, dos, catorce" (no sé de quién será ¿eh?)
- Me faltan dos números. A ver, repito: "Seiscientos quince, cero, dos, catorce"
- Eso es.
- ¡Que no, que me faltan dos!
Y así hasta que recolocan las comas.

Vamos a ver: "seiscientos, quince, cero, dos, catorce" ¿Eso qué número es? Si en el colegio después de pasarme una hora con el cuadernillo rubio el profesor me hubiese preguntado -Fernanbligto, ¿Cuanto son seiscientos entre cuatro?- Ni se me hubiese pasado por la cabeza decirle - "uno cincuenta"- o -"Quince cero"-
Obviamente. Se dice "Ciento cincuenta".

Pues eso pasa por no usar la nomenclatura correcta, o sea, por no decir "mi número de teléfono celular es el seiscientos millones ciento cincuenta mil doscientos catorce", que es como debe ser.

Por cierto, ¿quien ha hecho la prueba de dar a alguien su propio número para que te llame dictándole los números agrupados de manera poco habitual? Yo lo hago de vez en cuando (porque soy un graciosete). Siempre cuela, y el tío se llama a sí mismo.

Caso número doz: Deneí.
Hoy por hoy el número del documentonacionaldeidentidad, también llamado númerodeidentificaciónfiscal si va con letra, te lo piden para todo, y por eso mismo hay que decirlo bien. Además, el deneí o nif si va con letra, es una clave única e irrepetible (salvo leyendas urbanas de viudas a las que les coincide con multimillonarios, o currantes con arruinados deudores), por lo que es justo y necesario decirlo igualmente de manera única. No vale decir unas veces "cincuenta y dos, dieciséis, veinticuatro, once, jota" y otras "cincuenta y dos, ciento sesenta y dos, cuatrocientos once. Jota de julái". ¿Acaso es igual una cosa que otra?. Pues claro que no. Por favor, dígase "cincuenta y dos millones, ciento sesenta y dos mil cuatrocientos once. El carácter de verificación es la letra jota".
Gracias.

Exactamente lo mismo para el código postal, que ya te lo piden hasta en el ikea. ¿cómo te kea?

Caso tlés: Euros y centeuros
Este caso es el más extremo, abominable y pasteurizado de todos, ya que ahora, además de seguir sin entrar en el juego los útiles separadores de millares (los puntos), aparecen los imprescindibles separadores decimales (las comas). Esto es punto y aparte.
Para muestra un botón:

2'5 sandías se lee "dos coma cinco sandías", o "dos con cinco sandías", que es lo mismo ¿no?.
Entonces, por qué 2'05 Euros se lee "dos Euros con cinco " o "dos con cinco Euros" ¿Me lo explica alguien? ¿Por qué dos coma cinco es igual que dos coma cero cinco?
¿Qué pasa entonces con "2'50 Euros"? Pues que serán " dos con cincuenta Euros" o "dos Euros con cincuenta". -¡Toma ya!- Ahora "dos coma cincuenta", que es igual que "dos coma cinco", será lo mismo que " dos coma cero cinco". Vamos, que cincuenta es igual que cero coma cinco.
¿Cuánto será entonces 2'500 hablando en euros? Debe ser una barbaridad... Yo ya me estoy liando.

En fin, que otra vez pasa lo mismo, y además este lío pasa en toda gran parte de Europa. (que es más que gran parte de Europa pero menos que toda Europa)
Así pues, queridos pagantes y cobrantes, vayámonos acordando del buen uso de los decimales

Caso quatro: Cuestión de tiempo
Para liar más el embrollo (si cabe) incorporaremos horas, minutos y segundos:
1,323.354º 37' 58,789"
Siento comunicar que yo no estoy capacitado para debatir sobre estos asuntos, así que si alguien quiere apostillar, premio para quien lo escriba con letras correcta y adecuadamente, premio para quien una vez escrito lo lea sin equivocarse, y premio para quien una vez leído lo escriba de nuevo en números.

Y ya sabéis, recordad todo esto la próxima vez que os pregunten vuestro número de teléfono, el DNI, el código postal o incluso la hora:
Pues apunte, apunte: seiscientoscincuentamillonessnovecientostreintaiochimolsetecientoscincuentainueve .
Claridad ante todo.

¡Hasta otra!



 
Este blog nació el 29 de abril del año pasado. En las cosas del hablar podrás saber el porqué de lo que se escribe aquí, que es lo que se lee allí donde tú estás.
 
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