Este es un blog que se nutre de metaideas surgidas de todo espontil venidero en periodos digestivos, salvo, y claro está, improperios improcedentes que impresionen improbas improntas. (lo que esto significa, de mucho importa)

 

08 junio 2005

Cada noteja con su pareja

Cada noteja con su pareja

Ya se ha post-eado en este blog (véase "blog de notas") que la cantidad de exámenes que uno hace a lo largo de su vida no es pecata minuta.
Y hay que ver la alegría que da aprobar, mientras que por el contrario, suspender nos inunda de decepción o tristeza, según.
A veces, según hayas estudiado horas y horas o minutos y minutos, una nota puede suponer más o menos alegría, o más o menos tristeza.

Existe toda una teoría relativa a este asunto. No tiene nombre, pero podría tenerlo, aunque lo importante es que tenga sentido, y que tenga o no sólo lo sabes tú. En cualquier caso, no va a ser este el post-e que ilustre tal teoría. Sólo se va a exponer en él una escala numérica correspondiente a calificaciones posibles en un examen, a la que se asocian las respectivas reacciones que sufre el examinado. Veamos:

NOTA: Cero pelotero. (0)
El alumno que ha sacado un rosco, evidentemente ha estudiado podo o nada, y como sus compañeros han sacado más nota que él (es obvio), éste debe disimular su decepción con un ramalazo protestante o contrario al sistema de calificaciones aplicado al examen.
Es frecuente que el alumno diga frases como la siguiente:
- ¡un cero! eso es nada. Yo he puesto mi nombre, y eso ya es algo, ¿no? pues que me ponga al menos una centésima.

Y también es frecuente que se reproduzca este diálogo:
- ¡un cero! me ha tenido que quitar puntos por algo, porque una pregunta la sabía y estaba bien. Yo creo que voy a ir a revisión. ¿Vienes conmigo?
- No, yo he sacado un cinco.
- Bueno, entonces no voy, porque para ir solo...

Si acompañas a un amigo que haya sacado un cero pelotero debes ser prudente y no replicar su reacción. Lo mejor es guardar silencio y mover la cabeza hacia un lado mientras aprietas los labios.

NOTA: desde 0,25 a 3
El alumno ya ha estudiado algo. Más bien poco, pero no nada. Las preguntas del examen suenan a algo, y había francamente pocas (o ninguna) esperanzas de aprobar. El alumno suspenso espera, más que aprobar, que suspenda mucha gente.
Al aproximarse al tablón para ver las notas, el alumno siente temor a haber sacado menos de un uno, y espera que no hayan aprobado todos sus colegas. Sabe que algunos aprobarán, pero confía en que caigan tres o cuatro para no tener que estudiar solo en la próxima recuperación. Si los que suspenden saben jugar al mus, mejor que mejor.
En definitiva, el alumno oculta su tristeza con dos alegrías: una por algunos de sus colegas que han aprobado, y otra porque se descartan cuatro preguntas para el próximo examen, ya que no se repiten preguntas de un examen para otro.

Al contrario que un cero pelotero, nota que se recuerda durante algunas semanas, el sacar un 2 o un 3 se olvida en pocos minutos.

NOTA: de 3.5 a 4.49.
Se siente muchísima intranquilidad, porque en revisión aun puede pasar de todo.
Se llega al autoconvencimiento de que esta nota evidencia unos altísimos conocimientos, máxime si ha aprobado poca gente.
La mezcla de intranquilidad y rabia o coraje descoloca al alumno, y hasta el día de la revisión se está maquinando cómo afrontar la misma (por lo que en el resto de exámenes va a sacar entre 0.25 y 3. Ya sabemos su reacción para la semana que viene)
En definitiva, con un cuatro pasa lo siguiente:
1.- Se está bien fastidiado en primera instancia, porque se ha suspendido. Además no se puede olvidar el mal trago porque se puede aprobar en revisión, y no se deja de dar vueltas al asunto.
2.- Como consecuencia de (1), al no olvidar el mal trago, no se estudia nada para el próximo examen, y se repasa y repasa sobre los apuntes del examen suspenso. Se Está sumamente intranquilo.
3.- Como consecuencia de (2), también se suspende el próximo examen, y se repetirá la historia.

Así, el sufrimiento es a corto, medio y largo plazo, por lo que el peor momento en la época estudiantil se da cuando en alguno de los exámenes se saca un 4. Puede ocurrir que ese momento sea un punto de inflexión en la etapa académica de nuestras vidas y empiece una cadena de suspensos por los pelos que sólo se puede romper en junio. ¡Bendito verano!

NOTA: 4.5 o 4.75
El aprobado en revisión está casi casi garantizado. Si no se consigue, siempre se conseguirá un condicional para la próxima evaluación.
Es un sentimiento parecido al anterior, pero con el ánimo más alto.
Nada más ver la nota en el tablón (porque si la dice un amigo no se cree), un alumno con un 4.75 piensa, en milésimas de segundo lo siguiente:
1º Mecachis, por un cuarto de punto.
2º ¡joputa!
3º Un momento (a ver si ha visto bien la nota)
4º Cagondieee. (este pensamiento se acompaña de un apretón continuado de dientes)
5º Empieza a vislumbrar los errores garrafales que ha cometido en el examen que han hecho que no tenga un 5, o más.

Así se llega a la conclusión de que el examen con un 4.75 se aprueba en revisión. Y si no en el siguiente examen.

El alumno está, lógicamente, a disgusto y preocupado, pero no tanto como para perder la concentración necesaria para superar el próximo examen. El recuerdo de los momentos en los que el alumno conocía su 4.75 puede servir incluso de motivación para el estudio.


NOTA: Cinco peleón (5)
La mejor nota que se puede sacar.
Si el alumno no ha estudiado y tiene un cinco: Fabuloso, cojonudo.
Si el alumno ha estudiado y tiene un 5: Bien, satisfacción por lo conseguido
Es el punto justo. No importa en qué pregunta se errase o si se equivocaron al corregir. La nota es perfecta: Aprobado.
Felicidad y sonrisa garantizada hasta el momento en el que haya que coger los libros para el próximo examen, porque un cinco es justito, y en el próximo hay que asegurar. Se sabe que hay que estudiar más.

NOTA: 5.5
Autoconvencimiento y satisfacción suprema. Es la puntuación que evidencia que se ha aprobado por méritos propios. No cabe duda de que tú no eres uno de esos que han aprobado porque tenías un 4 o 4.5 y al haber muchos suspensos les han subido la nota. Noooo, tu eres un aprobado justo, y tu 5.5 demuestra que sabes de lo que hablas. ¡BIEN!

NOTA: de 6 a 6.75
El aprobado ya es holgado, y empieza a aflorar la avaricia. Sobre todo si tienes un 6.75, pues en términos de expediente académico tu puntuación equivale a la de un 5 peleón. Si tienes un 6 o 6.5 sabías que ibas a aprobar, pero tenías esperanza de un notable.
Te da ese coraje que te recuerda a cuando sacaste un 4, pero como la situación es incomparable, rápidamente se transforma en alegría. Alegría pasajera porque quieres sacar un 8 en el próximo examen, para sacar un notable de media. ¡Ansioso! ¡Fatiga!

NOTA: de 7 a 8
Bien. Está bien.
Ahora aflora la envidia, porque aunque ya no te pasa como a la mayoría, que están ahí para ir a la revisión y ver si llegan al 5, ves con un poco de recelo que otros (los menos) celebran el sobresaliente.
Queda el consuelo de que tú te diviertes, y quien saca un 9 o 10 no, porque como tú no se lo pasa nadie, y además sacas notable.
En este momento te sientes bastante bien. Eres el amo. Puedes pensar que eres como Einstein, y que dada tu superinteligencia no sacas un 10, como él.

NOTA: 9 o 9.5
Insatisfacción absoluta.
Querías una mención honorífica, esa única calificación de dos cifras sin decimales que te garantiza matrícula gratuita para el año que viene.
Has dejado muchas cosas de lado, has sacado más nota que nadie, pero no lo has hecho del todo bien.
El sueño es difícil, y se pierde la concentración durante un buen rato. -¿Qué he hecho mal?-
Te acabas de convertir en un empollón repelente. Einstein ya no es suficiente. ¡¡Cuidado!!

NOTA: 10
¡Vaya tela! ¡Chapó!
todo perfecto, no me he equivocado en nada...
Se podía pensar que ahora uno se siente bien. pero no, ahora no hay envidia ni remordimiento, pero acaba de nacer el estrés.
Desde este momento, hay que ponerse las pilas para seguir sacando estas notas.
Desde el primer 10 todo se centrará en sacar un diez detrás de otro. Desde este momento te puedes preocupar tanto de sacar un diez que puedes hasta dejar de aprender, de relacionarte y de resolver otros problemas ajenos al ceñido temario incompleto que se imparte en cada asignatura matriculada.
Mucho cuidado. Mucho mucho cuidado.


En fin amigos, hemos hecho un recorrido por todas las calificaciones más comunes (escala numérica de 0 a 10), pero la teoría completa de correspondencias entre comportamientos y calificaciones deja hueco a otros sistemas de valoración del estudio. ¿Qué me dices del Necesita Mejorar / Progresa Adecuadamente? ¿y del muy deficiente, insuficiente, suficiente, bien, notable y sobresaliente?

Cuéntanos cómo te sentiste cuando viste algunas de tus notas más importantes de tu vida, ¡o menos importantes! Cuéntanos cómo recibiste alguna calificación. Cuéntanos.
Cuéntanos, que en este blog nos sentimos muy bien cuando nos dices algo.

¡Hasta luego!



Post-illas:
Lo mejor de las épocas de exámenes son las revisiones. Siempre que puedo pegar el oído a alguna, lo hago; hay verdaderos maestros en el arte de convencer al profesor de turno de que como Aries estaba alineado con Saturno, lo que escribió en el examen no demuestra sus verdaderos conocimientos.

Que en la Universidad materias no se aprenderán, pero labia...

Un abrazo.
 
Cierto es, querido betote que grandes batallas se han librado en revisión.

No te pierdas pués el próximo y último capítulo de esta trilogía "Quien revisa no es traidor".

Saludos por doquier
 
definitivamente la mas emocionante fue la última que me dieron... la de la graduación...
1ro porque pensaba "ya fué... por un buen rato no voy a pasar por esta situación tensionante"
2do porque estaba toda mi flia y amigos afuera esperandome con huevos, harina, etc para enchastrarme toda... mientras dentro del aula yo pensaba "que pasa si no aprobé? nos vamos a casa a cocinar algo con el material? me lo tiran igual por pelotuda? salgo por otra puerta y que se piensen que me fui a la cuarta dimensión?"
3ro mmm...no se me ocurre... pero no podía faltar el item 3 no?
 
Tres items, tres.

Como tres postes que tendrá esta trilogía.

Gracias por tu postilla Maia, y sobre todo, enhorabuena por tu graduación.

¡Te espero en otro post-e!
 
Yo me acuerdo de manera espectacular, de los "destaca" de EGB (educación general básica, made in spain). ¿Cuántos destaca has sacado? Pooooo , no los he contado... (por dos posibles motivos: fracaso total, o éxito disfrazado de disimilada modestia o despreocupación...). Nadie los tomaba como lo que son: un verbo. Se sustantivaba de tal forma, que era como el que recibe X premios, trofeos o diplomas.

Recuerdo un suficiente que me pusieron en 3º de BUP en religión (?!), después de haber sido la primera vez que estudiaba esta asignatura. No pude contener la indignación con aquel pseudoprofesor que ponía altísimas notas a aquellos que le contaban el último partido de su equipo favorito en el examen. Grandes leyendas existen (algunas urbanas) sobre este aspecto. Insto al magnífico fernanblog a deleitarnos con un post-e sobre ello: Historias que contaban los mafias sobre lo que incluían en los exámenes, del tipo "po yo le metío por medio del examen la última peli de will esmí, abe".
 
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