Este es un blog que se nutre de metaideas surgidas de todo espontil venidero en periodos digestivos, salvo, y claro está, improperios improcedentes que impresionen improbas improntas. (lo que esto significa, de mucho importa)
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13 enero 2006La motosierraEsta mañana he recibido una nostálgica llamada telefónica de mi amigo Laszlo, el que vive de las apuestas de galgos, y al mirar en mi nuevo calendario de Dilbert (by Scott Adams) he comprendido el porqué de tanta melancolía. El bueno de Laszlo tenía la costumbre de ser el primero en ir al banco todas las mañanas para actualizar su estado de cuentas, y cada cierto tiempo se ahorraba el madrugón porque sabía en qué días durante las primeras horas de la jornada laboral, en la caja central ponían un cartelito que decía:
Laszlo sabía que a eso de las doce de la mañana llegaba, maletín en mano, un señor con corbata, y sobre la una menos cuarto el cartelito desaparecía. Laslzo, que desde hace tantos años conoce como nadie la velocidad de los galgos, se ha visto desbordado en la acelerada era de la información, y por su tono de voz pude saber que eso no le gusta nada. No te preocupes, amigo Laszlo, y recuerda que siempre nos quedarán los galgos. Hasta la próxima.
Post-illas:
Dado que he entendido bastante poco (más bien nada) el interlineado de este poste, tan aparentemente misterioso, cual gacela en libertad subliminal y sublime apoteosis estereotipada, no osaré ni hossanna jé, pedir que se me entienda en esta postilla.
Es que como hoy es VIERNES, pues no estoy en lo que estoy (con toy), y ando algo más dormido de lo habitual, por no decir más lerdo. Vayan ustedes con Dios como Dios manda. Señores, a mandar.
Bien estimado apostillante Carlitos.
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A raíz de la lectura de tu postilla, he leído el poste que escribí, y como tampoco me he enterado de nada, lo he reescrito. Espero que al menos ahora pueda tener algún significado. << Vuelta al blog |
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