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A finales de la década de los noventa el sector de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones se vio sumergido en un tremendo caos debido a la falta de planificación de los sistemas informáticos de cara al año 2000. Los calendarios computacionales pensaban de 100 en cien, de forma que tras el año 1999, representado por 99, vendría el año 1900, representado por cero-cero, en lugar del año 2MIL, también representado por 00.
Algunos magníficos analistas avecinaban errores bancarios, autopistas bloqueadas, hospitales gobernados por maquinaria desordenada, pensiones contributibas alborotadas, sistemas de seguridad descubiertos, taxímetros trucados, facturas millonarias frente a gastos insignificantes, fluctuaciones de amplio espectro en la macroeconomía, degradación de los sistemas productivos... incluso por qué no, la destrucción del medio ambiente.
Para evitar todo esto, un importante contingente de profesionales de las ya llamadas Nuevas Tecnologías se volcó en la conversión de los calendarios bi-digitales en calendarios de cuatro cifras, de manera que las nefastas previsiones no se llevaran a cabo el 1 de enero del año 2000. (Sino que se llevaran a cabo paulatinamente durante todos lo días de todos los años, para que no se notase demasiado)
Así, el efecto 2000 sólo quedó, en efecto, en un susto.

Durante el año siguiente, el contingente de profesionales especializados no pudo cogerse las vacaciones y tuvo que luchar en gran parte de Europa para que el siguiente uno de enero nuestros queridos bancos y cajas de ahorros pudieran dispensar y gestionar nuestras deudas y ahorros en una moneda común, virtudes aparte.
Gracias a su labor se hizo posible que el añonuevo del dosmil uno los europeos de la Zona Euro pudiesen ir a cualquier cajero automático a retirar su dinerito en euritos.
De nuevo todo fue sobre ruedas, y fue posible la traducción de las oriundas monedas de cada país en el apátrico euro de todas las naciones, de forma que todo seguiría costando igual, pero con distintos números.
El Efecto Euro quedó perfectamente anulado, y los bolsillos de los ciudadanos pudieron quedarse vacíos con toda normalidad, a base de cafés solos o con leche, bollos de pan y cervezas con tapa.

El primero de mes de enero del año siguiente no se vaticinaba ninguna urgencia tecnológica, y el equipo anticrisis del uno de enero pudo tomarse unas estupendas vacaciones, que se están prolongando hasta la fecha.
Sin embargo, en algunos medios informativos ya se comenta la próxima acción de este cuerpo de emergencias, fechada para noviembre de 2005, fecha en la que se teme que se produzca, esta vez sólo en España, un efecto denominado " Descompensador Sintónico".
Dicho efecto está relacionado con la emisión de un nuevo canal televisivo denominado CANAL 4, por lo que se prevé necesaria una actuación triple:

- Acción 1. Formativa.
Será necesaria la confección y difusión de manuales y guías para recordar cómo el doméstico ser humano es capaz de sintonizar un televisor. En algunos casos será necesario enseñar a sintonizarlos.

- Acción 2. Soporte a los sintonizantes.
Será necesario que un retén de telefonistas esté viendo continuamente la televisión, a objeto de que cuando una persona que está sintonizando un televisor vislumbre alguna imagen, se pueda comunicar con el retén para que alguno de sus miembros le diga el nombre de la cadena que emite la información descrita.
Por ejemplo:

- Acción 3. Hipnosis.
Se trata de una acción masiva de corrección mental, enfocada a que cuando una persona quiera cambiar de canal, el cerebro indique al dedo que actúa sobre el mando a distancia qué número de susodicho mando debe pulsar.
El cuerpo de emergencias tecnológicas ya ha contactado con Anthony Blake y con Uri Gueler*, que darán un ciclo de conferencias monotemáticas.

Se espera que con estas tres acciones en cuestión de un par de meses en todos los hogares españoles se hayan podido resintonizar todos los canales sin conflictos indeseados.
Sin embargo, en esta crisis hay algo que los equipos de emergencias tecnológicas no pueden resolver. Esta vez serán los propios usuarios los que determinen una última cuestión:

¿En qué número se va a sintonizar CANAL 4?
¿En el cuatro...? ¿Y qué se va a hacer con Canal Sur? ¿Y con Canal Plus?

*Si sabe escribir correctamente Uri Gueler, ponga una postilla.

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